Thursday, September 4, 2008

De pronto me sentí Nadaísta

El Nadaísmo de Gonzalo Arango 50 años

Por Faidiver Durango

De pronto me sentí Nadaísta viviendo en la boca del lobo. Así fue que realmente entendí a Gonzalo Arango, leyendo su manifiesto, en el salón de estudios del seminario conciliar de Jericó Antioquia, ahí en ese claustro entendí que no entendía nada.

50 años del nacimiento del movimiento Nadaísta una generación contestataria, irreverente, no anquilosada en las eternos mitos sociales, no amañada en los estrictos comportamiento y directrices de la iglesia católica y menos aun de la otrora vida bi- partidista y asesina de nuestro establecimiento democrático.
Así surge en la juventud de aquel entonces el movimiento literario más importante de la que pudiéramos llamar modernidad de la sociedad colombiana. Fue un humano cualquiera nacido como siempre en un pueblo del sur oeste antioqueño llamado Andes, a quien un cura no recordado le bautizara como Gonzalo Arango y a quien le conocimos como el fundador del nadaísmo una cosa que iba en contra de la cultura, era un engendro que enloquecía el pensamiento de la jerarquía eclesiástica y de las beatas y rezanderos de aquel entonces, era una piedra en el zapato para un gobierno que se veía atacado por las ideas revolucionarias y la amenaza para una oligarquía que iniciaba el cuadro mas patético en la historia de la corrupción colombiana llamado el Frente Nacional.
De esas causas de esa necesidad de gritar libertad de pensamiento nace el Nadaísmo para protestar contra las instituciones culturales, religiosas y sociales tradicionales del país de aquél entonces.
Que grupo tan maravilloso se le sumo a Gonzalo Arango, como no recordar a Pablus Gallinazo Armando Romero, Álvaro Medina, Juan Calzadilla, Miguel Ángel Zapata, Armando Romero, Elmo Valencia, Eduardo Escobar, Jota Mario Arbeláez, Armando Romero, Fernando González, Almilkar U y tantos otros que se levantaron con las armas de un poema, para decir y dejar claro como una misión que: “no dejar una fe intacta, ni un ídolo en su sitio. Todo lo que está consagrado como adorable por el orden imperante en Colombia, será examinado y revisado”. Objetivo principal del manifiesto Nadaísta dado por Arango en 1958 y quien decía que: "El Nadaísmo es un estado del espíritu revolucionario que excede toda clase de previsiones y posibilidades”.
Para bien o para mal, entendidos o no, perseguidos y excomulgados los integrantes del nadaísmo fueron pieza importante en esa transformación rural de nuestra sociedad a un pensamiento moderno y libre donde la expresión del individuo es ley básica de la edificación de una solida democracia. Aun que muchos siguen negando este movimiento como un verdadero genero literario, esta claro que Gonzalo Arango dejo una huella en la historia literaria de Colombia y marcó la diferencia a una juventud que en aquel entonces se atragantaba de ideas sin tener la posibilidad de eructarlas, por que sabían que correrían el castigo del desprecio de una sociedad marrullera y retrograda.
Hablar en estos tiempos del nadaísmo en un país donde cada día hay que sospechar si se esta vivo resulta comparable como hablarle a un joven de Rafael Pombo o de cualquier otro fabulista, por que en estos tiempos de Terrorismo profesional hablar de un verso revolucionario con fama de acabar una institución o de manifiesto de leyes ingenuas que pretendían cambios radicales, resultaría cuentos de niños comparados a lo que es hoy nuestra sociedad moderna que para seguir vivo hay que entender que posiblemente somos amigos de la institución de gobierno, del gobierno para o del gobierno guerrillo.
Así pues en la época en que mi alma se escampaba en la jerarquía eclesiástica, me di cuenta que algo de Nadaísta era, que el espíritu de Gonzalo Arango me había tocado, quizás por la cercanía de su Andes natal o quizás por que alguien filtro ese manifiesto Nadaísta en la biblioteca en la cual me escondía de esos fantasmas de una realidad no conocida, perturbando para siempre mi mente que hasta ese entonces la creía pura y sin vicios argumentales al conocer de esto me ilusionaba y mi espíritu saltaba cuando leía: “Hemos renunciado a la esperanza de trascender bajo las promesas de cualquier religión o idealismo filosófico. Para nosotros éste es el mundo y éste es el hombre. Otras hermenéuticas sobre estas verdades evidentes carecen de sentido humano. Las abstracciones y las entelequias sobre el Ser del hombre, caen en el domino de la especulación pura y del simbolismo metafísico, producto natural del anhelo del hombre por trascender su entidad concreta, y fijarla en una forma ideal, más allá de todo límite espacial y temporal. Este anhelo corresponde a su naturaleza idealista y poética que quiere cristalizar la esencia del Ser en lo absoluto, en el eterno. Proponer esa ilusión para después de la muerte es la misión de las religiones.
Nosotros creemos que el destino del hombre es terrestre y temporal, se realiza en planos concretos, y sólo un dinamismo creador sobre la materia del mundo da la medida de su misión espiritual, fijando su pensamiento en la historia de la cultura humana”. (Manifiesto Nadaísta). Pero para tristeza mía, luego pasaba el padre Mario Restrepo por mi castillo de ideales y sueños e increpándome me decía: “bájese de esa nube no lea mas esas bobadas y estudie mejor lo de mañana”.
Gracias Gonzalo Arango por tu revolución, por la oportunidad de creernos Nadaísta y aun que nada somos, tampoco nunca estudie para mañana sin antes leer un verso de la nada.

Por lo menos, Así lo creo, ¿Usted Que dice?

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